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por Natalia Prieto 28 jun., 2021
Esta sigla busca nombrar el estado actual del mundo. Vengo escuchando este término desde hace unos años, sobre todo en término laboral. VUCA en inglés, VICA en español, se basa en un modelo que aplicaba el ejercito norteamericano para describir la situación del mundo que surguió trás el fin de la Guerra Fría. Este término se comenzó a usar en los años 90 y ahora es utilizado en el ámbito empresarial. Hoy nos encontramos en un mundo atrapado por la ansiedad, la velocidad; agotado por el estrés que significa para los seres humanos adaptarse diariamente a los constantes cambios. ¿Qué significa? V de Volátil se refiere a un mundo oscilante. Aparentemente tenemos la sensación de vivir con tranquilidad; pero de repente algo cambia produciendo un disturbio en ese anehlado equilibrio que cuidamos. Todo es más veloz, hay cambio de paradigmas, rupturas de creencias globales y todo esto lleva a un desequilibrio en nuestro entorno. La I de Incierto tiene que ver con la incertidumbre de que no sabemos para donde vamos o a donde vamos a llegar; tenemos más preguntas que respuestas y muchas cosas se escapan de nuestro control y entendimiento. C con referencia a la Complejidad en la que vivimos; esa confusión que sentimos por no comprender del todo un tema o, la falta de conexión entre lo que solíamos hacer antes con la forma de enfrentar las situaciones ahora. Y la A de Ambiguo que se produce trás la la incertidumbre; la complejidad y la volatilidad con la que vivimos. Todo se ve reflejado en un cambio radical en todo; surgen nuevas brechas de opinión o postura extremadamente radicalizadas, hasta llegar a un punto de irracionalidad que hace que las situaciones estallen, sin tener encuenta las consecuencias. La pregunta es: ¿Cómo podemos salir fortalecidos de los cambios abruptos y afrontar este entorno?, ¿Cómo podemos cambiar estos aspectos negativos por aspectos positivos?, ¿Qué recursos podemos usar para adaptarnos mejor a lo que estamos viviendo? Si cambiamos la volatilidad por una visión favorable a la que podamos regresar cuando nos sentimos perdidos o abrumados, nos dará estabilidad. Enfocar nuestra fuerza hacia un propósito que le de sentido a nuestra vida, más alla de los cambios. ¿Cuál es tu visión? La introspección como herramienta para un descubrimiento y desarrollo personal. Esta reflexión nos ayudará a pensar antes de hablar o nos evitará reaccionar impulsivamente, para manejar con equilibrio los conflictos que se manifiestan por las emociones descontroladas. Comprensión . Aquí me gusta nombrar a Manfred Max-Neef, un economista, ambientalista y politico Chileno-Alemán, a quién tuve el honor de conocer personalmente basando mi tesis de grado en su teoría de desarrollo a escala humana. Recurro a una de sus frases: „El gran problema de la humanidad es que sabemos mucho pero comprendemos poco“. Tendemos a informarnos con avidez superficial sin cuestionar ni tener conciencia de lo que leemos, decimos o escribimos. Usamos palabras que están de moda pero no ahondamos en su significado; y vemos tanta información que nos cuesta trabajo filtrar y priorizar entre lo verdaderamente importante y lo superficial. Adaptación es una herramienta que, en mi experiencia como migrante, ha sido fundamental para mi. No estoy hablando de encajar en ningún modelo o cultura, estoy hablando de la disposición para adaptarse viviendo con mente abierta y con voluntad para comprender y la necesidad de modificar algunos patrones de comportamiento de superioridad sobre los demás para que la integración sea menos conflictiva y caótica. Sugiero volver a mirar nuestros valores. Para mi los valores más importantes son los que llevan hacia el respeto a todo ser humano: la solidarida y la empatía son esenciales para aprender a ver las cosas desde otra perspectiva y tener la capacidad de ponerme en el lugar del otro, para poder ver las cosas desde su mirada y colaborar desde mi punto de vista. Vivir en un mundo VICA no significa solamente ir al paso de la tecnología, ser abierto a lo diferente o disruptivo y actuar con flexibilidad frente a los cambios. Es más un llamado a trabajar profundamente en nosotros mismos; en auto conocernos, en volver a afianzar nuestros valores y nuestra visión. Y tú, ¿Cómo vives en este mundo VICA?, ¿Cuál es tu visión?, ¿Qué valores quieres afianzar?
por Natalia Prieto 28 jun., 2021
Vivir la maternidad en el extranjero ha sido una experiencia que me ha llevado a repensar y revaluar hasta las cosas más sencillas en mi vida. El hecho de emigrar, trae muchos cambios en tu vida; otro idioma, otras tradiciones, otra manera de vivir. Pero, ¿Qué pasa cuando vivimos la maternidad en otro país?, ¿Qué sucede contigo misma?, ¿Qué pasa con esa persona que migró hace muchos años atrás? En mi caso, puedo contarte, que esta nueva experiencia, hizo revivir sentimientos que tuve cuando llegué a Alemania. Esta experiencia llevó a cuestionar algunos aspectos en mi vida, y preguntarme cosas sencillas y complejas, las cuales pueden tener infinidad de respuestas: ¿Qué significa que mi hijo crezca lejos de nuestra familia de origen?, ¿Cómo harémos para transmitirle nuestra cultura?... …Y cuando pienso más detenidamente en el significado de CULTURA, me pregunto: ¿A qué cultura pertenece?, ¿De dónde es ese hijo? Creo que no existe una respuesta correcta o falsa a todas estas preguntas, mi deseo simplemente, es que mi hija se sienta perteneciente a este mundo, que crezca con una riqueza cultural y no diferencie a las personas por su color, su nación o su idioma. Que se fije más en lo que nos une como seres humanos, y vea las diferencias como un enriquecimiento más para su vida. Y tú, ¿Qué cultura le transmites a tu hijo?
por Natalia Prieto 28 jun., 2021
Uno de los retos mas desafiantes de vivir en el extranjero, ha sido ser madre primeriza en otro país, lejos de mi familia. Siempre he admirado a todas aquellas mujeres que han tomado la desición de ser madres conscientes, y aún más en el extranjero. Pero en realidad, la llegada de un hijo, estés donde estés en este mundo, siempre es una experiencia nueva que se vive y se siente con extrañeza respecto a nosotras mismas. Cada madre vive una experiencia individual, descubriéndose a sí misma en su forma de criar, sin importar dónde esté. Ser madre me hizo reflexionar sobre mi pasado, mi papel de hija y mi nuevo papel como madre. Vivir la maternidad lejos de mi familia no necesaríamente implica soledad y lejanía, para mí, ha sido una oportunidad más para acercarme y crear nuevos vinculos con mi familia. Es una oportunidad para formar a nuestros hijos con una visión más amplia y solidaria con respecto a las diferentes culturas. Es una oportunidad más para integrarnos en el país de acogida y aprender una vez más, las diferentes formas de vivir. Y tú, ¿Cómo vives la maternidad?
por Natalia Prieto 28 jun., 2021
Aprendí aún más sobre mi propia lengua y mi cultura cuando empecé a aprender otro idioma. Esa experiencia me dio las herramientas para enseñar mi propia lengua durante más de quince años. Tuve la oportunidad de enseñar mi idioma y transmitir un mensaje de alegría y optimismo que me carectarizan, dejando así, una huella en otras personas. Enseñar idiomas fue la llave que abrió muchas puertas en mi vida, me mostró diferentes caminos, conocí personas maravillosas que enriquecieron mi ser. Aprendí mucho sobre otras culturas, reconocí diferentes dialectos y acentos, que me mostraron la riqueza del mundo y la importancia de mi lengua materna y mi segundo idioma, y aprendí, también, a valorar la existencia humana con su variedad de acentos. Esa variedad de culturas me enseñó un modo diferente de ver la vida. Aprendí que cuando hablamos de amor a nuestra pareja o a nuestros hijos, hablamos un solo idioma que, aunque consideramos intimo, es universal. Abrí mi mente y comprendí que no pertenecemos a un solo país, pertenecemos al mundo entero. Así es que me considero una ciudadana más de este mundo, de una tierra diversa y llena de matices que enriquece y le da color a nuestra existencia. Por eso, cuando me preguntan de dónde soy, me es difícil dar una respuesta que me deje a gusto; soy de aquí, soy de allá, soy una ciudadana de este mundo. Te invito a ser parte de esta comunidad que se fundamenta en el respeto a todo ser humano en la diversidad cultural y en las diferentes formas con que podemos darle expresión a nuestra existencia.
por Natalia Prieto 12 jun., 2021
Uno de los muchos sentimientos que experimenté al llegar a Alemania fue „das Heimweh“; la añoranza por regresar a mi país natal. En ese entonces me sentía invadida por imágenes y sensaciones del pasado, como si algo en mí quisiera hacer un ejercicio de memoria. En momentos difíciles busqué la manera de regresar a casa, como queriendo buscar mi propia paz interior con el retorno. Con frecuencia crees que esa paz se encuentra en el regreso a tu lugar de origen reencontrandote con viejas emociones y con lo que amas. Con el tiempo comprendí que esa nostalgia era parte de un duelo migratorio que no conocía. Comprendí también que vivir en el pasado no me permitía gozar el presente, asi que dejé de construir mi vida en el espejismo de algo que solo existía en mis recuerdos y me permití hacer ese viaje a mi interior. Entender las razones de mi duelo migratorio, mirar atrás lo vivido y valorar el tiempo pasado desde la gratitud, me dió paz interior por haber vivido esos momentos con tanta plenitud. Recordar el pasado, sin añorarlo, sin extrañar un „Yo“ que no existió, me hace valorar quien soy y todo lo que he logrado. Aceptar y vivir el ahora, me permite ver todas las oportunidades que llegan y puertas que se abren. Me alegra saber que ese sentimiento, que encierra un duelo migratorio, ya no existe más porque encontré mi lugar en este mundo: mi propio interior que siempre viaja conmigo y estará conmigo esté donde esté. Y tú, ¿Encontraste ese lugar en tu interior que te da la paz y te hace feliz estés donde estés?
por Natalia Prieto 24 may., 2021
La distancia y el aislamiento, por motivos de la pandemia, trajeron a mi mente recuerdos y sentimientos que experimenté cuando dejé mi país y llegué a tierras germanas. Te estoy hablando de sentimientos como la tristeza por haber dejado a mi familia y a mis amigos, sin saber cuando iba a ser la próxima vez que los volvería a ver; una tristeza semejante a un duelo por el que se pasa cuando se pierde a un ser querido. La melancolía por el país que me vió crecer, su clima, la variedad de sus frutas, la comida, los olores y la alegría de mi gente. A mis dieciocho años eran sentimientos que aún en mi no tenían nombre, porque era una situación nueva, consecuencia de una decisión que yo misma había tomado. Entonces me preguntaba: ¿Por qué me siento así? Cuando te vas a vivir a otro país hay muchas expectativas e ilusiones detrás de esa decisión, la mayoría de veces no eres consiente de lo que significa ese proceso que implica emigrar. Pasé por muchas fases y sentimientos, como si mi vida fuera una montaña rusa. Al final comprendí que era un proceso de transformación que me haría ver con más claridad mi camino, llevándome a hacer un viaje hacia mi interior. Ese viaje necesario me obligó a ser sincera conmigo misma, perdiéndome y reencontrándome. Me tranquilizó experimentar que no soy la única persona que ha pasado por este proceso de emigrar y también, valorar la curiosidad y facinación inmensa que tengo por las diferentes culturas, fue importante. Para entender más sobre este tema me especialicé como entrenadora y coaching intercultural; pero lo que más me impactó, fue entender que yo también enriquezco la cultura. Esto me llevó a escuchar con más atención a personas que buscaban en mí una consejera, una guía, una amiga y hasta cómplice de las mismas vivencias. Mi experiencia como inmigrante y la de todas aquellas personas que he acompañado en este trayecto, ha sido enriquecedora en todos los aspectos de mi vida. Me siento muy afortunada de poder trabajar con otras personas que, así como yo, han empredido este viaje de aprendizaje, acompañándolas en su proceso. Y ahora, tengo una pregunta para tí: ¿Cuál es el sentimiento al que aún no has llamado por su nombre?
por Natalia Prieto 24 may., 2021
Recién cumplidos mis diezciocho años llegué a tierras germanas sin hablar el idioma; con muy poco dinero en mi bolsillo pero llena de expectativas, y sin llegar a imaginar todas las experiencias y enseñanzas que esta aventura me iba a regalar. Recuerdo que en ese entonces no tenía claros todos los desafíos a los que me iba a enfrentar, y tampoco era consciente de lo que significaría para mí la experiencia de emigrar; porque aunque prepares el viaje y lleves contigo lo que consideras necesario, después de algún tiempo serás consciente de que has dejado todo atrás. Después de sobreponerme a las dificultades para aprender el idioma, entender y asimilar la nueva cultura y adaptarme al drástico cambio de las estaciones, experimenté, por primera vez, que el sol en marzo ilumina pero no calienta. Emigrar me enseñó que la forma de vivir que hasta ese momento conocía, era solamente una entre muchas, y que conocer las diferencias culturales nos enseña y enrriquece durante toda la vida. Aprendí a valorar esa temida soledad que no puede esquivar quien deja su país; esa soledad me enseñó con el silencio a escuchar mi alma, valorar mi intuición, mis pensamientos, mi corazón; y a tocar fondo en mi interior. Vivir en otro país me mostró en qué soy vulnerable, pero también aclaró mis fortalezas para sobreponerme a los obstáculos. Hoy valoro los buenos y malos momentos que han sido parte de mi crecimiento personal, y agradezco todas las experiencias vividas que me llevaron a ser la persona que soy. Con el paso del tiempo aprendí a confiar en este proceso de aprendizaje y autoconocimiento y entendí esta experiencia como una gran oportunidad para conectar con mi ser interior. Si has vivido, o estás comenzando a vivir una experiencia similar, te invito a compartirla conmigo y que me permitas acompañarte en el reto de vivir lejos de tu país.
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